Pescando dorados en el Piracuá Lodge; nuestra llegada y primer día de pesca
Por Jorge López Basavilbaso – jclopezbasavilbaso@gmail.com
Una tenue llovizna intermitente nos acompañó los 19 km. de tierra seca que recorrimos en una de las camionetas de Marcelo. En ese trayecto se costean humedales, cavas y riachos.
Una tenue llovizna intermitente nos acompañó los 19 km. de tierra seca que recorrimos en una de las camionetas de Marcelo. En ese trayecto se costean humedales, cavas y riachos.
Desde Florencia a Puerto Piracuá
Ambos lodges estaban completos. Las 4 habitaciones del Nº 2 y las 7 del Nº 1, con excepción de la habitación nº 5 (Pacú) de éste ultimo. Esta habitacion del Piracuá Lodge, estaba reservada para Daniel Suigo de Baradero, Provincia de Buenos Aires, Luciano Pezzoni de la ciudad autónoma de Buenos Aires y para quien escribe, también de la Capital Federal, quienes viajamos a efectos de realizar este reportaje.
Nos acomodamos en la habitación mencionada, comprendida dentro de las instalaciones del Piracuá Lodge Nº1, del que hemos hablado en otro post.
No pasó mucho tiempo en que nos anunciaron la cena en el comedor antiguo. Un párrafo especial por la calidad de comidas muy sabrosas bajo la cocina de Manuel, a quien llaman Peloncho, y la atención de su hijo Wilson en las mesas. Creo entender que los guías también colaboran en momentos de mucha gente como en la presente oportunidad.
Esa noche la cena estuvo compuesta de milanesas de surubí, ensaladas, delicioso pan, buen vino malbec (en nuestro caso), pudiéndose optar por gaseosas o cerveza y cerrando con ensalada de frutas.
Viento y lluvia
Durante la noche se intensificó el viento y gruesas gotas de lluvia golpearon los techos del Pirecuá Lodge. A medida que avanzaba la madrugada se convirtió en lluvia pareja y constante.
Desayunamos, por nuestra elección, café con leche y medialunas con manteca o dulce de leche (Nota del editor: Del tiempo que viví en Argentina todavía los echo de menos) con el acompañamiento de jugo de naranja, en dicho comedor, bajo una lluvia intensa.
Marcelo Rouvier, el dueño de ambos lodges, nos consultó si pensábamos salir a pescar y decidimos esperar un poco mientras evaluábamos la situación. Debido a las condiciones climáticas la alternativa que nos sugería adecuada era la pesca de surubíes a Trolling. Habían pescado el día anterior, el de nuestra llegada, varios de estos peces, uno de ellos de unos 30 Kg. y otro de 55 Kg. Además, con viento, la pesca con mosca se complicaría y por efecto de la lluvia, se iba enturbiando algo el agua.
Trolling, spinning y baitcast en la primera jornada en Piracuá Lodge
La decisión de salir se produjo a las 11.30 hs., en un momento en que la lluvia disminuyó pero como faltaba teóricamente poco para almorzar fideos con estofado de muy tierna carne acompañado de gaseosas, se postergó hasta las 14.00 hs.
La lluvia pegaba con fuerza mientras navegábamos el Paraná con rumbo norte, seguramente ya por la costa sur de la provincia de Chaco. Por suerte el termómetro marcaba 17º, excelente temperatura para pleno invierno (el primer día de pesca fue el 29/06/15).
Un par de horas intentamos pescar a trolling en el que en un momento, saliendo del gran pozo del canal y entrando en una zona de bancos se “atrancó” mi señuelo Alfers Mojarra grande y paleta larga color rojo y blanco e inmediatamente cedió la presión. Apareció el líder de acero cortado lo que me hizo pensar en algún dorado grande que hubiera alcanzado a masticar el acero rompiendolo. El guía Damián puso su esfuerzo al comando de un trakker (sin motor eléctrico, innecesario para esa pesca) aunque por esas cuestiones de la pesca su esfuerzo no rindió frutos en lo referido estrictamente a la pesca.
Nos quedaba algo más de una hora de luz hasta emprender el regreso y actuamos en spinning y baicast contra orillas barrancosas obteniendo algún pique fallido de dorados de muy escaso tamaño. No era lo que buscábamos ya que Piracuá tiene dorados grandes que superan los 7 u 8 kg y en muchas oportunidades los 10 y 12 kg. Llegamos casi de noche y bajo la lluvia que estuvo en aproximadamente 50 mm.
Terminando la primera jornada en Piracuá Lodge
La cena en base a cordero a la parrilla mas vino malbec fueron reconfortantes tras la mojadura. Es de destacar que por suerte no nos afectó el frío pese a estar en pleno invierno.
Un carpincho, el roedor más grande del mundo, paseaba tranquilamente por el lodge. Manso, permitía a cualquiera que se acercara lentamente tocarlo y darle algo para comer.
Quienes viajamos seguido al litoral y mucho más quienes viven ahí están acostumbrados a verlos, muchas veces de cerca pero no es habitual poder acercarse y darle de comer.
Otra curiosidad es la cantidad enorme de monos Carayá que hacen de los arboles altos su vivienda. Depende de los cambios de tiempo y los vientos su manifestación con importantes aullidos que pueden transformarse en una “música” continua.
Continua en “Segunda Jornada en Piracuá”
Piracuá Lodge
Puerto Piracuá, Florencia, Santa Fe, Argentina cel. 54 9 348 264-2637 // 54 9 348 230-4068 – Fijo: 54-3482-491010
marcelorouvier@arnet.com.ar
Facebook = Marcelo: Marcelo Rouvier // Alexis: Lele Rouvier.
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